EN LA VEJEZ TRABAJANDO

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Las personas mayores de 60 años son hoy una importante fuerza activa y se han transformado en parte del desarrollo económico del país. Según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos se crearon más de 109 mil puestos de trabajo a nivel nacional de los cuales el 47,5% fueron ocupados por adultos mayores.

Es el caso de Juan, quien a sus 67 años se desempeña como conserje: “Esta es una posibilidad de tener más ingresos porque la jubilación es poca. Yo aún me siento con ganas de seguir aportando en mi casa, me siento una persona vital y que puede seguir aportando”, cuenta entusiasmado.

 Sin duda el trabajo como actividad formal o informal a lo largo de nuestra vida constituye un eje esencial, no solo para tener el sustento económico, sino también para validarnos en la sociedad y ante nuestros pares. El trabajo nos otorga satisfacción de reconocimiento por quienes nos rodean y por nosotros mismos.

“Muchos estudios demuestran que a medida que nos volvemos mayores la satisfacción por el trabajo se incrementa  y también en la medida que envejecemos, nuestros intereses cambian y nuestra capacidad de aprender se mantiene. Los adultos mayores que trabajan en ambientes favorables son más felices y son más comprometidos que adultos más jóvenes”, comenta la Dra. Carolina Tanco directora de la Sociedad de Geriatría y Gerontología.

¿Por qué es importante seguir trabajando siendo mayores? Es importante al envejecer mantenernos activos y vigentes, porque el trabajo después de la jubilación no solo  nos ofrece una oportunidad de incrementar nuestros ingresos económicos sino también de sociabilizar, sentirnos realizados e incorporados. También le reporta al adulto mayor el beneficio de ser  escuchados en nuestras demandas y desafíos que se plantean al envejecer.

“Al tener una rutina diaria estructurada trabajando se garantiza una movilidad física permanente ,  la que por supuesto debe ir a acorde a nuestras limitaciones, y además se garantiza una vigencia mental “cognitiva” al tener que cumplir con tareas de distinta complejidad que implican comprensión, memoria , atención , planificación , integración del espacio y ejecución. Por lo que debemos comprender que el trabajo al ser bien llevado nos mantiene más sanos física y mentalmente”, señala la especialista.

“Trabajar luego de los 60 años es una posibilidad de dar continuidad a los intereses y de sentirse parte del funcionamiento social. En nuestro país, es importante reconocer que el sistema de pensiones posiciona a los mayores en desventaja, y para muchos, seguir trabajando significa concretamente la posibilidad de un ingreso económico muchas veces necesario. 

Por último, es recomendable que en la medida que lo deseemos, luego de nuestra jubilación sigamos trabajando en una actividad acorde a nuestros intereses y nuestra capacidad física actual, ya que ésta nos hará sentir sanos y realizados.

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